VALLENATO DE LA NUEVA OLA

Originalmente, la “nueva ola” no es un apelativo que haga referencia a un movimiento musical específico dentro de la música vallenata. Basta con hacer una búsqueda en el ciberespacio de “nueva ola” para encontrarse con que, bajo esta denominación, se incluyen movimientos musicales de países como Puerto Rico, Perú, Chile, Francia e Inglaterra; en varios momentos históricos. Parece, no obstante, que se dio una explosión de “nuevas olas” alrededor del mundo luego de la aparición del rock ‘n roll, y de que artistas de varios géneros musicales tradicionales adoptaran instrumentos y estilos rock a sus obras, generando un “revolcón” musical que dio de que hablar por mucho tiempo.
Pero los nombres cortos no se olvidan, y fue por eso que el alias reapareció para denotar una nueva tendencia en la música vallenata.

Por lo dicho anteriormente, queda sin piso la discusión sobre quién acuñó el mote de “nueva ola” en el vallenato. Simplemente alguien retomó la expresión y varios otros empezaron a imitar hasta que se popularizó.

Esclarecido lo anterior, el interrogante a plantear ahora sería: “¿Qué originó realmente el uso de la expresión ‘nueva ola’ en el vallenato?” ¿Quién empezó la nueva ola? Para hacer una aproximación más precisa se requiere una definición no tan etérea de lo que se considera que es “nueva ola” en el caso vallenato.

El vallenato, como cualquier otro género musical, ha experimentado evolución desde sus orígenes, dadas las variaciones en el entorno social, la influencia de los medios de comunicación, la comercialización y la globalización. ¿Qué podemos entonces reconocer como evolución y qué va más allá del concepto como para darle la calidad de “nueva ola”?

Todos fueron revolucionarios en su época: Guillermo Buitrago, Alejandro Durán, Alfredo Gutiérrez, Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Iván Villazón, Los Diablitos, y hasta los mismos Inquietos; todos aportaron elementos diferentes que enriquecieron el acervo vallenato. Siempre hubo detractores y puristas, así como patrocinadores y evolucionistas. Podemos decir que el movimiento de la llamada “nueva ola” se ubica en el tiempo después de los artistas o agrupaciones mencionados.

Se da posiblemente una respuesta a la aparición de un vallenato con propósitos más comerciales y expansionistas, desprendido de la tradición del hombre con voz firme y convicciones provincianas, que hasta al despecho le canta con la frente en alto, dando lugar a canciones en tono blandengue, de voces suaves y arrulladoras, de cajas mimetizadas entre sintetizadores y otros teclados, de lenguaje más urbano, con mensajes más planos y fáciles de asimilar. La brecha era grande, la polarización era visible. El ingrediente comercial hizo a los unos incluir canciones más universales, no sólo para La Provincia, más acordes a los tiempos actuales, más ricas en instrumentos y con más variedad de acordes; a los otros, mientras tanto, los obligó a incluir uno que otro merengue o paseo rápido, a cantar clásicos provincianos en sus presentaciones en vivo, a darle un poquito de sabor costeño a algunas de sus obras. El resultado a corto plazo fue la disminución de la brecha, pero no una convergencia definitiva.